Educación Morón: sin bajar la guardia

                                          

Aunque el Doctor Francisco Durán ha dejado aires alentadores en los últimos días para quienes habitamos en la avileña ciudad de Morón, no significa que los resortes fundamentales de la pandemia puedan ceder. Todo lo contrario.

Quien recorra los distintos departamentos y áreas de trabajo de la Dirección Municipal de Educación en Morón, encontrará un colectivo en constante trajín. Y hay razones: llamadas telefónicas, confección de planes, revisión de estrategias, envio de datos, citaciones,  chequeo de acciones en las escuelas, y las  nuevas orientaciones que no dejan de llegar sobre los más disímiles aspectos de la batalla contra la Covid.
                                                              

Apenas el personas tiene tiempo para ajustarse  el nasobuco, o frotarse las manos con el desinfectante que aparece en cada puesto de trabajo. A nuestra pregunta sobre las prioridades actuales, Ana María Pardo, subdirectora general, responde que "tenemos muchas prioridades, porque en una situación como esta, es muy difícil discernir entre lo esencial y lo más importante. "Todo tiene una prioridad".

Se acomoda en la silla, y ante  algunos documentos nos explica que en los 40 centros escolares se preparan las condiciones para el reinicio del curso escolar cuando las condiciones lo permitan. "En eso no tenemos tantos problemas porque en las visitas efectuadas hemos contatado que en las escuelas el personal se ha montado en patines y están listas para cumplir la orden de arrancada, claro en dependencia con el comportamiento de la pandemia".

Rolando González, subdirector docente, aprovecha para señalar que el personal de la Dirección Municipal en esta dura etapa también ha sido víctima de la Covid, pues varios compañeros han tenido que ausentarse por ingresos o aquejados por la enfermedad, lo que ha obligado al resto del colectivo a duplicar esfuerzos, para que no quedara nada pendiente.

No fue posible contactar con la directra Yoleisy, quien aseguro, tiene muchas historias que contar, pero obligaciones laborales le impedían permanecer en su oficina, como hubiera preferido.

En la retirada, nos percatamos de un texto gigante que cuelga de la pared de esa institución. Aunque el viento la batía, nos permitió leer "Compromiso y Victoria".