Merecedora de la Medalla Frank País de Segundo grado y de otras importates condecoraciones, como la distinción por la Educación Cubana, avalan la trayectoria laboral de la educadora Rosa María Expósito Hernández, quien desde niña sintió inclinación por esta profesión.
Recuerda que cursaba los estudios primarios en una escuelita del Plan Hortícola en Morón, donde impartía clases la maestra Cira Rodríguez, a quien imitaba en sus juegos infantiles, hasta que tuvo la oportunidad de formar parte de la matrícula de la Escuela Pedagógica Rafael Morales de esta ciudad. Que orgullo sentí ser una de las que obtuvo el título de educadora en la Primera Graduación de ese centro!, manifiesta emocionada.
Rosita, como efectivamente le dicen sus vecinos y compañeros de trabajo, laboró como maestra por espacio de cinco años en el seminternado Paquito González hasta que fue trasladada para la escuela Cuba Socialista donde impartió clases durate 20 años y otros tres como directora de ese centro.
"Ser maestro conlleva a esfuerzos y mucha responsabilidad", asevera Rosita y agrega: "con mucha paciencia, buen carácter y vocación por el magisterio se saltan los obstáculos que no dejan de existir en el proceso docente educativo", y recuerda el Período Especial donde escasearon muchos recursos vitales en las escuelas, pero fue entonces donde prevalecieron las iniciativas y los buenos ejemplos de los educadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su comentario será publicado dentro de unos minutos. Gracias