Silvia Hernández Sosa y Raudel Pulido Paz, eran muy jóvenes cuando se conocieron en el Instituto Tecnológico Ejército Rebelde de La Habana. Ella, estudiante de la especialidad de Productos Lácteos y él, de Tecnología de los Alimentos, quienes al graduarse en 1971, por sus destacados resultados académicos, continuaron como profesores en ese centro hasta 1980.
Fueron esas relaciones como estudiantes y luego como profesores, las que influyeron en los lazos matrimoniales que hoy mantienen, a pesar del transcurrir del tiempo, como una pareja de educadores ya jubilada, residente en la ciudad de Morón,feliz y orgullosa por haber contribuido en la formación de muchos jóvenes.
Pulido manifiesta sentirse feliz cuando recibe el saludo afectuoso de muchas personas que fueron sus alumnos en el preuniversitario en el campo Eulogio Fernández, en la Escuela Pedagógica Rafael Morales o en el Politécnico Joaquín de Agüero de Morón, y que en la actualidad se distinguen como profesionales en diferentes sectores socioeconómicos.
Silvia, en estos momentos desde una silla de ruedas por presentar problemas en sus extremidades inferiores, expresa que durante 18 años laboró como profesora del Preuniversitario en el Campo Eulogio Fernández, período en que volcó todos sus conocimientos en favor de la enseñanza.
Ya en la tercera edad, Silvia y Raudel no olvidan esos años de batalla en un sector priorizado en el país y consideran que los sacrificios se revirtieron en la formación de nuevos profesionales y ratifican que "el principal deber de un educador radica en atender bien a los estudiantes, más allá de los contratiempos que puedan presentarse en el camino".
Maravillosas personas
ResponderEliminarMuy queridas que a pesar de la edad siguen ayudando a la comunidad. Salud
Cuanto me alegra saber de estas personas ojalá que estén bien para diciembre visitarlos personalmente, educadores ejemplares recio el, dulce ella, a los dos les agradezco por sus enseñanzas un abrazo de todo corazón
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