Caridad Valdés Cabrera es una jubilada del sector en la educación en Morón, que durante 32 años tuvo la escuela algo más que como su centro de trabajo.
"Nunca pensé ser maestra, pero cierto día, a principios de la década de los años 70, la Federación de Mujeres Cubanas me propuso cubrir una suplencia en la escuela primaria Cuba Socialista de esta ciudad".
Comenta que inicialmente sintió temor asumir esa responsabilidad, pero tuvo el apoyo inmediato de otros educadores que la asesoraron y la ayudaron metodológicamente.
En corto tiempo Cary, como le dicen sus compañeros, empezó a dar clases a un grupo de quinto grado y "tengo que decir que fue una labor que me gustó desde el primer día".
No perdió mucho tiempo para encauzar su vocación mediante cursos de preparación hasta que matriculó en la Filial de Ceballos, donde obtuvo la categoría de Licenciada en Educación Primaria.
Impartió clases, además, en el Seminternado Ignacio Agramonte durante cinco años y luego laboró en el departamento de Inspección en la Dirección Municipal de Educación, donde llegó a ser Jefa de Grupo.
Caridad Valdés, con un brillante desempeño profesional, fue además asesora de la directora Municipal de Educación, y todo ese proceso lo cataloga como "años de gloria".
Por problemas familiares tuvo que presentar la jubilación, pero conserva en su memoria sus encuentros con los estudiantes, además de sus reconocimientos como la distinción Por la Educación Cubana y las medallas Rafael María de Mendive y José Tey, entre otras.
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