El caso de la joven Laura López Espinosa, vecina de la ciudad de Morón, trabajadora del Círculo Infantil Flor del Festival, resulta interesante.
Cuenta que siempre le gustó ser trabajadora jurídica, su inclinación vocacional era ser abogada, concretamente. Considera que como estudiante del Preuniversitario Roberto Rodríguez, siempre fue dedicada, con elevadas notas en Geografía, Historia, Literatura, y poco receptiva a la Matemática. Y así fue. Matemática fue la asignatura que le tronchó las posibilidades de impartir justicia.
Fue entonces que, en busca de una solución a su "fracaso" académico, tuvo la posibilidad de ingresar como trabajadora de un Círculo Infantil, pues con cierta preparación y adiestramiento fue aceptada como supervisora de matrícula, labor que desempeña desde hace casi tres años.
Laura encontró en esa institución de Primera Infancia un nuevo horizonte que ha ido descubriendo, al extremo que alega que no cambia por nada su nuevo rumbo profesional, porque ahora se prepara para convertirse en Educadora de su Círculo Infantil.
Con sólo 22 años de edad, esta joven, madre de un pequeño de dos años, se siente feliz con su trabajo, pues ha encontrado maravillosas compañeras de labor que la han ayudado en su orientación vocacional, además de permanecer en un ambiente de alegría y felicidad, como lo proporcionan los pequeños de esa institución educativa.
"Aquí estoy entre ellos, y su mundo de juguetes, risas, y algarabía, y también el de compañeras que me inculcan cada día más amor y dedicación", considera Laura
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